La Semana Santa de La Línea de la Concepción es una de las celebraciones religiosas más vividas en la ciudad. Su origen se remonta a 1893 cuando, un Viernes Santo, a las 6 de la tarde, salió por primera vez la procesión oficial de la Semana de Pasión Linense: el Santo Entierro. En aquel entonces, los periódicos locales anunciaban los cultos a celebrar en la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, indicando los actos para el Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo.
En 1894, el Santo Entierro no desfiló solo; se unieron la imagen de San Juan Evangelista y una Dolorosa llamada Nuestra Señora en su Soledad. La Virgen procesionaba en parihuela, acompañada por un grupo de mujeres penitentes rezando el Santo Rosario. Posteriormente, las Asociaciones Parroquiales tomaron auge, y surgieron hermandades como la de Los Dolores en 1899.
En 1902, llegó el Señor de La Línea, Jesús del Gran Poder. Estas hermandades tenían su sede canónica en la Parroquia de la Inmaculada, hoy Santuario. Entre los años 1940 y 1956, se incorporaron nueve hermandades a las ya existentes, y la Semana Santa quedó enriquecida con la presencia del Jesús del Perdón y el Señor de San Pedro.
En 1993, se celebró el primer centenario de la Semana Santa Linense, quedando constancia de ello en una placa de mármol que se encuentra en la entrada del Santuario